En Uganda se han plantado más de 15 millones de árboles en tres años, como parte de una asociación poco probable con bebés recién nacidos en un país a más de 9.000 kilómetros de distancia. El proyecto Size of Wales se centró por primera vez en la reforma interna en 2008 cuando anunció que plantaría un nuevo árbol en sus bosques por cada bebé nacido o adoptado con el fin de compensar las emisiones de carbono.

Desde 2018, la iniciativa financiada por el gobierno ha extendido sus esfuerzos a Mbale, un área montañosa y muy deforestada del este de Uganda que alguna vez fue rica en biodiversidad. ¡Este desarrollo ahora se conoce como la Planta de la caridad!

Cada bebé recibe un certificado hecho de papel reciclado como prueba de esta increíble hazaña medioambiental.

Cada vez que llega un nuevo niño a Gales, ahora se plantan dos árboles, uno en casa y otro en Mbale. Cada bebé recibe un certificado hecho de papel reciclado como prueba de esta increíble hazaña medioambiental. Esto ha resultado en la plantación de 15 millones de árboles en Uganda en solo tres años, combatiendo una tumultuosa historia de deforestación en el país subsahariano.

 

¿Por qué comenzó esta iniciativa en Gales?

Un área del tamaño de Gales” es una unidad de medida que se usa con frecuencia para comprender el impacto que la deforestación tiene en nuestra comunidad global. Es una forma más fácil de lidiar con la gravedad potencial de los eventos dañinos en lugar de hablar en unidades matemáticas complejas que a menudo no logran ilustrar el problema en cuestión. Según la BBC, el tamaño de Gales es igual a la destrucción que podría causar un asteroide si golpeara la tierra, o el área de impacto estimada de una bomba nuclear. “Las personas en general encuentran más fácil apreciar el tamaño de las características geográficas cuando están relacionadas con otras características conocidas, que cuando se presentan en unidades de, digamos, kilómetros cuadrados”, explica el profesor Adrian Luckman, que enseña en la Universidad de Swansea, Gales.

De manera crucial, entre 1990 y 2010 el país perdió el 31 por ciento de su cubierta forestal, una disminución de 5 millones de hectáreas a 3,6 millones de hectáreas, debido a las intervenciones humanas y los desastres inducidos por el cambio climático. El comercio maderero de Uganda también es en gran parte culpable de esto, ya que se cree que más del 80% de su comercio de madera es ilegal y termina siendo contrabandeado a otros países de todo el continente, a pesar de que existen varios marcos legales para prevenir esta práctica.