Estados Unidos acaba de aprobar una vacuna para prevenir la loque americana (AFB), una enfermedad contagiosa causada por una bacteria formadora de esporas Paenibacillus larvae y que afecta a la abeja europea (Apis mellifera).
La vacuna se suministra en una mezcla con jalea real (sustancia segregada por las glándulas de las abejas obreras jóvenes) y que finalmente sirve de alimento a la abeja reina. Para hacerla efectiva, se deposita en los ovarios de la reina, lo que permite que las larvas en desarrollo posean inmunidad a medida que eclosionan.
UN PROBLEMA GLOBAL
Desde 1962 se ha producido una disminución de hasta un 90% de las poblaciones de abejas debido al cambio climático, las técnicas de agricultura intensiva y el uso de pesticidas, entre otros factores. El problema, además de ecológico, afecta al suministro de alimento para los seres humanos, porque las abejas son grandes polinizadores. El número de abejas ha disminuido hasta un 90% desde 1962
Un estudio reciente de la Universidad de Harvard, por ejemplo, señalaba que la polinización inadecuada está reduciendo el rendimiento global de frutas, verduras y nueces entre un 3 y un 5%. Un descenso del acceso a los alimentos saludables que podría traducirse en más de cuatrocientas mil muertes por problemas de salud.
Otra investigación incluso ha calculado cómo contribuyen los insectos a la economía de Estados Unidos, proponiendo la cifra de 57.000 millones de dólares.
La vacuna, diseñada por la compañía de biotecnología Dalan Animal Health, no solo estará muy pronto a disposición de los apicultores de Estados Unidos, sino que podría ayudar a limitar el impacto de la crisis mundial de polinizadores. En otras palabras: la vacuna no solo protegerá a las abejas, sino que nos protegerá a nosotros.