Si los botones están a la derecha y los ojales a la izquierda, la camisa es de hombre.
Si es al revés, puede estar seguro de que se trata de una prenda de mujer.
Como la mayoría de las personas son diestras, el diseño de las prendas masculinas parece más razonable. Y, sin embargo, la mitad de la ropa tiene los botones al otro lado. ¿Por qué?
En realidad, nadie tiene muy claras las razones de esa diferencia, aunque hay varias teorías al respecto.
Una de ellas explica que, en torno al siglo XII, el uso de los botones se extendió, pero solo entre las clases acomodadas. Las piezas estaban hechas de metal, vidrio o cuerno y eran objetos caros que solo podían permitirse los más ricos.
Los complicados trajes de las mujeres de la nobleza hacían casi imposible que una dama se vistiera sola, por lo que siempre era una criada quien abrochaba los botones. Como a estas ayudantes les resultaba más fácil hacerlo si los ojales estaban a la derecha, se estableció esta norma para la ropa femenina.
Otra explicación tiene que ver con la maternidad. Así, hay quien defiende que la situación de los botones viene determinada porque las madres suelen cargar a sus bebés con la mano izquierda, y dejan libre la derecha para hacer cosas. De este modo, con esa mano es más fácil abrochar los botones si estos están a la izquierda.
En cuanto a la ropa de varón, la explicación tendría que ver con el noble arte de la espada. Cuando los hombres tenían que desenfundar su arma a menudo, era importante que ningún obstáculo complicara la maniobra. Y los botones a la derecha impedían que la mano se atascara en el pliegue central de la camisa.
Sea como fuere, las diferencias se mantienen y, en pleno siglo XXI, podemos distinguir una prenda por el lado en el que están colocados los botones. Cosas de la moda…