El mundo virtual también puede convertirse en territorio soberano. Este lunes, el gobierno de Barbados anunció que compraría parcelas de terreno digital en la plataforma ‘Decentraland’ para construir ahí la primera embajada digital de la historia, una decisión que se ha considerado un paso histórico para la legitimación del multiverso, la idea de una red de mundos virtuales conectados en la que Facebook y otras grandes compañías están invirtiendo millones.
El pasado domingo, el Ministerio de Asuntos Exteriores y Comercio Exterior de la isla caribeña selló un acuerdo con ‘Decentraland’ para comprar tierra digital, levantar un inmueble como embajada y declararla legalmente como un espacio soberano reconocido. La embajada se inaugurará en enero. Barbados también está ultimando acuerdos con otras plataformas similares como ‘Somnium Space’ o ‘SuperWorld’.
La intención de esta pequeña nación insular es desarrollar instalaciones para poder atender a sus ciudadanos más allá del mundo físico, prestar servicios como documentos y visados virtuales y construir un “teletransportador” que permita a los usuarios saltar a otras plataformas del metaverso. Con ello, Barbados “ampliar sus misiones diplomáticas”, abriendo la puerta a una “diplomacia tecnológica que se extienda a lo cultural”, según explicó Gabriel Abed, embajador del país en los Emiratos Árabes Unidos, en una entrevista en Coindesk.
‘Decentraland’ es uno de los mundos digitales más grandes y populares. Como en un videojuego, el usuario puede recorrer esa plataforma descentralizada, adquirir propiedades con criptomonedas e interactuar. Ya hay firmas inmobiliarias que están destinando cientos de miles de dólares a comprar terreno virtual para comprar edificios que puedan revalorizarse en el futuro, algo que también empiezan a hacer empresas, museos o casas de subastas como Sotheby’s.
¿Hacia una diplomacia digital?
Uno de los precedentes de ese universo virtual conocido ahora como metaverso es la popular plataforma ‘Second Life’, lanzada en 2003, y en la que el usuario —bajo un avatar— podía desarrollar una vida digital paralela a la suya, participar en actividades, interactuar con el entorno y otros usuarios y comprar propiedad virtual con una moneda única para ese mundo.
Su popularidad y potencial como futuro espacio de desarrollo social hizo que varios países ya apostaron entonces por la creación de una embajada virtual. Maldivas fue el primer país del mundo en dar el salto en 2007, una decisión que después siguieron Suecia, Malta y Filipinas. La falta de desarrollo tecnológico hizo que esas ideas de diplomacia virtual no prosperaran, algo que podría cambiar en la próxima década.
Eso es lo que promueves gigantes tecnológicos como Facebook, Microsoft o Sony, que están invirtiendo cientos de millones de dólares en tratar de desarrollar esos espacios que mezclan realidad virtual, aumentada y real. Su intención es que el futuro de Internet sea en 3D, un mundo digital inmersivo en el que desarrollar grandes partes de nuestra vida. El concepto del metaverso, surgido de la ciencia-ficción, aún está en desarrollo. Sin embargo, no son pocos los que ven con escepticismo que sean compañías como Facebook —asediadas por escándalos por su toxicidad y por violar la privacidad de sus usuarios— quienes pretenden hacerse con el control de una infraestructura que podría ser clave para el futuro.