Austria ha creado un billete climático que permitirá usar todos los medios de transporte público del país (autobuses, tranvías, metros, trenes, trolebuses…) por 949 euros al año, mientras que por tan solo 110 euros más podrán viajar hasta cuatro niños junto al portador del billete.

 

La medida pretende hacer más atractivo el transporte público frente al coche, mucho más contaminante, y luchar así contra el cambio climático. El nuevo Klimaticket comenzará a funcionar a finales de octubre en seis Estados austriacos, mientras que los otros tres —incluido Viena— no se han sumado todavía.

La iniciativa es un empeño de Leonore Gewessler, ministra de Medio Ambiente y activa militante del partido Los Verdes, que llevaba años haciendo campaña a favor del proyecto. Desde que se integró en el Gobierno austriaco, Gewessler ha intentado convencer a sus compatriotas para que dejaran su vehículo privado en casa y se desplazaran de forma más sostenible.

 

El miércoles pasado, la ministra pudo anunciar al fin el resultado de lo que llamó una “revolución del transporte público”. En la presentación del plan, realizada en la ciudad de Linz —en el Estado de Baja Austria—, la ecologista explicó que el billete climático acelerará la decisión de no utilizar los vehículos particulares.

 

Cuando entre en vigor, el próximo 26 de octubre, los pasajeros podrán utilizar los autobuses, trenes, tranvías y el resto de transportes urbanos e interurbanos con un único billete. En un primer momento, el precio se ha fijado en 949 euros al año para los primeros compradores, si bien más adelante costará 1.095 euros para 12 meses.

 

El precio es por persona, aunque la medida hace posible que por un suplemento único de 110 euros puedan viajar también hasta cuatro niños de entre 6 y 15 años. Además, los pequeños no tienen que ser parientes del cliente de Klimaticket. Los niños de menos de cinco años viajan gratis en Austria. Mientras, los menores de 26 años, las personas con discapacidad y las personas mayores (a partir de los 64 años) tienen derecho a una reducción del 25%, con lo que pagarán 699 euros al principio, y 821 euros más adelante.

 

Por ahora, seis de los nueve estados austriacos se han integrado en la medida. Se trata de Alta Austria, Salzburgo, Estiria, Carintia, Tirol y Vorarlberg.   En cambio, otros tres han decidido no sumarse por ahora: Viena, Baja Austria y Burgerland.

 

“La introducción del nuevo billete anual debería ser solo un paso intermedio hasta que las tres regiones que faltan se sumen a la iniciativa”, apuntó la ministra.

 

El Gobierno federal ha destinado 96 millones de euros para el programa este año, una partida que crecerá hasta los 150 millones en 2022. Con ese impulso, el Ejecutivo austriaco estima que llegará a unas 100.000 personas, que se beneficiará económicamente de la medida y, en muchos casos, dejarán de realizar desplazamientos en coche para hacerlos en transporte público.