En los últimos años, la tecnología para la arquitectura impresa en 3D ha pasado de ser algo de aficionados a usarse para construir todo tipo de edificios, desde oficinas hasta viviendas baratas. El último hito en este campo será un proyecto para construir la primera escuela impresa en 3D del mundo en Madagascar.

La escuela impresa en 3D es el resultado de la colaboración entre la asociación sin ánimo de lucro Thinking Huts y el estudio de arquitectura Studio Mortazavi, con la colaboración de Hyperion Robotics.

Está previsto que la escuela comience a construirse en algún momento de este año y Thinking Huts espera recaudar 350.000 dólares para ello.

Si todo va bien, el proyecto constará de un edificio de una sola planta de unos 157 metros cuadrados, con espacio para unos 30 estudiantes.

Se instalarán paneles solares para obtener energía y se añadirá un sistema de recogida de agua de lluvia, mientras que los interiores tendrán ventilación natural.

La forma general del edificio está concebida como una “cápsula”, con la idea de que puedan añadirse módulos adicionales con relativa facilidad si es necesario. La imagen de abajo muestra cuatro módulos de este tipo conectados entre sí.

El edificio se construirá con el mismo método que ya conocemos de otros proyectos de arquitectura impresa en 3D: se extruirá una mezcla de cemento de origen local, capa por capa, hasta que la estructura básica esté completa.

A continuación, trabajadores locales colocarán un tejado de metal ondulado, así como otros retoques finales como puertas y ventanas, además de instalar los muebles en el interior.

El equipo afirma que se espera que el proceso de impresión dure unos 22 días, lo que es más rápido que las técnicas de construcción tradicionales de la zona.

También dice que ofrecerá un edificio estructuralmente fuerte con un espacio entre las paredes interiores y exteriores para el aislamiento.

La pared producida durante el proceso de impresión en 3D será 27 veces más fuerte que un ladrillo de arcilla secado al sol, 3,5 veces más fuerte que un ladrillo de arcilla cocido al horno y dos veces más fuerte que el hormigón convencional, lo que alargará la vida útil del edificio.

La escuela es un proyecto piloto y, de cara al futuro, Thinking Huts espera ampliar el proyecto para crear más escuelas en otros lugares de Madagascar, e incluso en todo el mundo.