Con un multitudinario Desfile del Orgullo Mundial, Nueva York conmemora este domingo el 50° aniversario de la Revuelta de Stonewall, unos incidentes que son considerados como el inicio del movimiento organizado de reivindicación de los derechos de la comunidad LGBTI+.

Se estima que del desfile participan entre tres y cuatro millones de personas, al mismo tiempo que, temprano en la mañana, hubo otra manifestación menos multitudinaria, promovida por quienes sostienen que la celebración ha perdido su espíritu.

Las celebraciones del Orgullo arrancaron el jueves y concluirán la noche del domingo con un concierto en Times Square y con la actuación de Madonna, en un minifestival de música en la orilla del río Hudson.

Cincuenta años atrás, en el bar gay Stonewall Inn, en el corazón del Village, la policía intentó realizar una redada, lo que originó incidentes que se extendieron durante seis días entre las fuerzas de seguridad y militantes gays, lesbianas y travestis, hartos de la represión contra su comunidad.

Esas inéditas manifestaciones relanzaron el movimiento por los derechos de los LGBTI+ y dieron origen, en junio de 1970, al primer Desfile del Orgullo Gay (Gay Pride), una iniciativa que se extendió por distintas metrópolis del mundo entero. En la actualidad, la homosexualidad continúa siendo perseguida en unos 70 países.

La marcha principal por los 50 años de Stonewall comenzó hoy hacia el mediodía local desde la Quinta Avenida y la calle 26 en dirección del Greenwich Village. El alcalde demócrata de Nueva York Bill de Blasio, conocido defensor de los derechos homosexuales y precandidato a las elecciones de 2020, aseguró que se trata de la marcha “más grande en la historia”.

La celebración coincide con el WorldPride, un evento internacional de la comunidad LGBTI+ que empezó en Roma en 2000 y se realizó en Nueva York la semana pasada.

Se estima que unas tres millones de personas llegadas de todas partes del mundo participan de un desfile salpicado de banderas con los colores del arcoiris, aunque las estimaciones más optimistas aseguran que podrían alcanzar los 4 millones.

Unas 150.000 personas de 677 contingentes que incluyen grupos comunitarios, empresas importantes, carrozas multicolores, zancudos, drag queens, heterosexuales, lesbianas, gays, ONG, activistas, actores, presentadores de televisión y políticos electos desfilan por las calles de la Gran Manzana.

No se perdieron el desfile ni el Gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ni el alcalde De Blasio, los máximos exponentes del poder político y demócrata que hicieron su aparición. También estuvo la famosa diseñadora Donatella Versace, que desfiló subida en la carroza del Stonewall Inn, y que afirmó sentirse orgullosa de estar presente como la “nueva embajadora” del emblemático local y que amaba a todo el mundo alrededor. “Creo que es muy apropiado que estemos aquí hoy y que luchemos por los derechos humanos”, aseveró Versace desde la Quinta Avenida con la calle 26, desde donde partía la comitiva.

El desfile estuvo encabezado, como todos los años desde 1986, por el club femenino de motoristas Sirens (sirenas, en español), que con alas multicolores en sus espaldas hicieron el recorrido en sus motos tipo “chopper”. “Este año es muy especial. Es la hora de recordar la rebelión del Stonewall, 50 años después, y celebrar el Orgullo Mundial en nuestra ciudad. Es maravilloso. He conocido a gente de todo el mundo”, afirmó emocionada la vicepresidenta de esta organización de moteras, Jen Baquial.

No faltaron banderas de múltiples países y ciudades invitadas a participar, localidades como Bologna, Roma, Venecia, Berlín -candidatas a acoger las próximas ediciones del WorldPride- o Copenhague, que será la anfitriona de la próxima edición en el 2021.

Stonewall “es nuestra historia, es la razón por la que podemos ser quienes queremos ser. Por eso era importante venir y celebrar”, dijo Francesco Servalli, de 38 años, llegado desde Italia junto con cuatro amigos. Servalli y otros manifestantes aseguraron que el desfile del Orgullo es importante también por otra razón: reunir las fuerzas necesarias para seguir luchando por los derechos LGBTI+ en momentos en que lo que ellos consideran políticos extremistas han entrado en escena. “Siento que estamos yendo hacia atrás”, dijo Servalli, al citar particularmente casos de violencia contra personas transgénero. “Pero tal vez es la historia: algunas veces necesitas retroceder para continuar hacia adelante”, añadió.

Horas antes del arranque del desfile, que fue también retransmitido en directo con la participación del actor gay Billy Porter, otra marcha reivindicando un Orgullo más crítico, partió de la calle Christopher, donde se ubica el icónico Stonewall.

La “Queer Liberation March” (La Marcha por la liberación LGTBI) marchó en paralelo siguiendo el mismo trazado que la primera marcha del Orgullo, celebrada en 1970 en el primer aniversario de las revueltas del Stonewall entre los clientes gays del bar y agentes de Policía.

Esta manifestación alternativa, la primera de este tipo en Nueva York, apunta a protestar contra la maquinaria comercial en que a criterio de los que protestan se habría convertido el Desfile del Orgullo oficial y contra sus 70 empresas patrocinantes, y a mantener la “tradición radical” de la revuelta de Stonewall.

“Nuestro objetivo nunca fue únicamente la igualdad de derechos para la comunidad LGBTI+”, explicó Peter Tatchell, de 67 años, militante por los derechos humanos famoso por haber intentado detener el ex dictador de Zimbabue Robert Mugabe y llegado de Londres expresamente para participar de una manifestación alternativa. “Mi objetivo es transformar la sociedad, (para construir) una sociedad con libertad y justicia social para todos”, dijo.

Ann Northrop, una de las organizadoras de la marcha, insistió sobre la importancia de continuar la lucha por los derechos civiles de los LGTBI+ y denunció la participación de carrozas de empresas en la marcha oficial del Orgullo, así como de los líderes políticos y de la Policía.

“¿Justicia o grandes empresas?”, esa es la elección que había que tomar este domingo, sostuvo Bill Bobs, otro de los organizadores de esta marcha alternativa. “Es hora de parar los abusos y los atropellos hacia la comunidad trans, la mayoría de las que estamos aquí somos mujeres trans, latinas, inmigrantes e indocumentadas y lo único que estamos pidiendo es protección y que se garanticen nuestros derechos”, dijo Liam Winslet, de la organización Colectivo Intercultural TRANSgrediendo, del barrio neoyorquino de Queens.

Junto a varias compañeras de distintos países latinoamericanos, Liam insiste en que han decidido participar en esta marcha alternativa porque “el World Pride ha sido y sigue siendo algo comercial, donde la gente ve lo bonito del Orgullo pero no se da cuenta de una realidad como esta”.

“Stonewall consistió en un levantamiento y es importante que la Gay Pride no sea tomada por las grandes empresas”, subrayó por su lado Bennet Sherr, un estudiante de Cornell de 20 años que llegó al desfile con una amiga. “Hay empresas que financian la Marcha del Orgullo y después entregan millones a personalidades políticas anti-LGBTI+”, se quejó.

Ante la llegada masiva de manifestantes, la policía desplegó miles de agentes en las calles y azoteas de la ciudad, y también usa helicópteros y drones. Tras el tiroteo en una bar gay de Orlando, en el que murieron 49 personas en junio de 2016, la policía de Nueva York reforzó su dispositivo de seguridad para los desfiles del orgullo. “Desde entonces las amenazas han aumentado, de parte de una extrema derecha que también apunta a la comunidad LGBT+”, explicaba a comienzos de junio John Miller, jefe antiterrorismo de la policía de la ciudad.

Otras ciudades de Estados Unidos, incluidas San Francisco, Chicago y Seattle, también albergan desfiles para conmemorar el 50° aniversario de Stonewall.